Material necesario e imprescindible

La gran duda existencial. ¿Qué llevo para el Camino? ¿Cuál será nuestro equipaje para tantos días? Nos gustaría llevar muchas cosas, pero en el Camino nos va a pesar a cada paso hasta el cepillo de dientes. Por eso, habrá que discernir para ver qué es realmente lo imprescindible (y, si vamos en grupo, compartir las cosas ahorra peso a todos).

Ropa
Depende siempre de la época del año, pero para lo más habitual, en verano, podría ser: tres camisetas, dos pantalones (los desmontables son muy útiles), tres juegos de ropa interior, un jersey y un chubasquero o capa de lluvia. En los meses fríos, deberíamos añadir un polar, guantes, gorro y bufanda. En cuanto al calzado, deportivas o botas flexibles que en ningún caso sean nuevas y con las que te encuentres cómodo. Para recambio cuando no camines, unas sandalias (sólo en verano) u otras deportivas. Por peso y por higiene, no hace falta llevar más ropa; recuerda que la ropa que uses cada día tienes que lavarla: aunque parezca que no se encuentre sucia, estará sudada y puede ser fuente de gérmenes o incluso atracción a la mochila de chinches y otras plagas poco deseables.

Documentación
DNI o pasaporte, tarjeta de la Seguridad Social o semejantes, credencial del peregrino y una tarjeta de crédito (en metálico, sólo lo necesario para dos o tres días). Todo esto se puede llevar en una riñonera, de la que no debes separarte nunca y que te vendrá muy bien para portar algún otro objeto que desees tener siempre a mano.

Y más cosas… 
Un repaso a cosas que puede que se te hayan olvidado (pero tampoco te emociones llenando la mochila). Queda por añadir un pequeño botiquín con aspirinas, vaselina para los pies y material para la eliminación de ampollas. Un saco de dormir ligero en verano, no tan ligero en otras épocas. Una esterilla. Toalla pequeña. Un bote de jabón y champú y jabón para lavar la ropa. Sombrero o gorra para el sol. Botella de agua para ir rellenando o dos bidones si se va en bicicleta (la hidratación con calor será fundamental). Navaja o cubiertos. Una bolsa de aseo. Pinzas de plástico o imperdibles. Un bastón (o incluso dos se llevan ahora). Una linterna. En bici, no olvidar los culottes, el casco, gafas, guantes, parches, pegamento, cámara, aceite, destornillador, cinta aislante, candado, bomba y llave inglesa, como mínimo.

Y, tanto a pie como en bicicleta, mucho ánimo y buen humor.

 

Dudas frecuentes del Camino de Santiago