Considerada uno de los templos más importantes del Camino de Santiago y del primer románico español, fue levantada, por orden del rey Sancho Ramírez, como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón. En la obra se pueden distinguir dos etapas constructivas (1077-1082 y 1104-1130). En el siglo XVI se añadieron las bóvedas de las naves laterales y de la central, así como algunas capillas. Ya en el XVII, se finalizó el retablo y comenzaron las obras de reconstrucción del claustro, dando lugar al actual, de estilo barroco. A finales del siglo XVII se sustituyó el ábside románico por uno nuevo.
Su decoración escultórica es rica y variada; las características bolas y el típico ajedrezado jaqués pueden verse en gran parte del edificio.