Paz y bien: c
Cuando se acerca la meta, el peregrino/a se debate entre un doble sentimiento: una cierta nostalgia porque atrás quedan el Camino y sus experiencias y enseñanzas, siendo una vivencia tan profunda que quien la vive quiere que no se acabe; y la alegría de llegar a la meta, reto superado, conquista realizada.
Pero en realidad en Santiago de Compostela tenemos un secreto: el Camino no finaliza aquí, tampoco en Fisterra, sino que es aquí y ahora en donde comienza tu verdadero camino: tu vida.
Ahora se pondrá a prueba si el caminante ha sido auténticamente peregrina/o. Si ha logrado captar la esencia de la peregrinación.
Ahora se trata de transitar otros caminos, vivir otros encuentros, sentir otras vivencias. Pero el camino de Santiago sirve como laboratorio de ensayo para el auténtico camino: la vida.
Ultreya et Suseia!
Fray Francisco Castro Miramontes