A lo largo de la Historia, a medida que aumentaba el transito de peregrinos que iban a Compostela no es de extrañar que apareciesen hospitales y albergues para atender a las necesidades de los peregrinos.
Albergues
Los había de todos los tipos. Aquellos creados por voluntad real o de autoridades eclesiásticas u órdenes religiosas con unas mejores instalaciones. Y aquellos otros más humildes, que había en todos los municipios de la ruta, atendidos por cofradías, vecinos y clérigos, que contaban con lo imprescindible del momento para poder descansar y recuperar fuerzas.
Durante la edad media, son numerosas las referencias a los dos hospitales existentes en las entradas a la Península Ibérica. El de Santa Cristina del Somport y, sobre todo, el de Roncesvalles. En éste último sabemos que a principios del siglo XVII se servían alrededor de 30.000 raciones a los peregrinos y las normas de estancia estaban muy definidas.
Hospitales
Otro elemento importante que surgío en el Camino fueron los Hospitales. Cabe destacar el Hospital del Rey de Burgos. Fundado por el rey Alfonso VIII, en donde al regreso de su peregrinación San Amaro se quedó a ayudar a los peregrinos que por el pasaban.
También fueron importantes el Hospital de San Marcos de León, fundado fuera del recinto amurallado. Se creó a mediados del siglo XII, por la hermana del rey Alfonso VII de León, para dar cobijo y atender a los peregrinos que se dirigían a Compostela.
Otro ejemplo es el Hospital Real de Santiago, en donde permitían permanecer cinco días en invierno y tres en verano. El hospital Real de Santiago actualmente se le denomina Hostal de los Reyes Católicos. Fueron estos monarcas quienes decidieron fundar un hospital en donde se atendiese de forma digna a los peregrinos. Finalizada la conquista de Granada realizaron una donación para la construcción de este edificio. Actualmente lo podemos ver en la Plaza del Obradoiro.