La indumentaria jacobea hoy
Actualmente vemos pasar por el Camino gran número de peregrinos equipados de acuerdo con el vestir del siglo XXI. Vemos que su equipo es cómodo, con calzado moderno y apto para grandes recorridos y resistentes al agua, nieve y barro. Equipos elaborados con materiales y fibras, de poco peso, ideales para el largo trayecto. Otro elemento imprescindible del peregrino actual es la mochila sobre la espalda. Ahí es donde transportan todo lo necesario para el viaje. Sin olvidar los bastones modernos que ayudan a andar.
¿Y antes?
Pero no siempre fue así. Antiguamente iban de acuerdo con la ropa de su época. Si bien era más corta, para facilitar su andar por los caminos, sobre ella llevaban esclavinas o pelerinas reforzadas con cuero. Y sobre la cabeza un gran sombrero de fieltro, de ala ancha con vuelta que permitía su protección del sol y de la lluvia. También llevaban un bordón que servia de bastón para ayudar sus pasos. Este bastón también se utilizaba como arma de defensa contra las alimañas e intrusos que pudiese haber en el camino.
En el gancho de la parte superior del bordón se solía colgar una calabaza hueca que servia de recipiente para transportar agua o vino. El equipo se completaba con una bolsa (escarcela o esportilla) de piel de ciervo u otro animal. Esta bolsa siempre iba colgada al hombro, y ahí se llevaban los pocos enseres del peregrino. En el camino de vuelta de la visita al Apóstol, los peregrinos solían adornar el sombrero y la escarcela con conchas de vieiras bendecidas. Las vieiras, muy comunes en Galicia, se convirtieron en símbolo de los peregrinos compostelanos.
Con el tiempo, estos atuendos se convirtieron en hábito común de los peregrinos compostelanos. Ya en el medievo, el poeta Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, cuando habla de “Doña Cuaresma” hace una fiel descripción del equipo que lleva el peregrino. Dicha descripción coincide con lo anteriormente mencionado.
También otros escritores como Raimundo Lulio o Bartolomé de Villalba hicieron referencia a las formas de realizar el camino, sus hábitos y situaciones habituales que se producían entre los grupos que realizaban el recorrido.
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