Paz y bien:
El códice Calixtino, en su libro, V, conocido como el libro de Santiago, que pasa por ser la primera guía de peregrinación de la historia, al menos de la que se guarda memoria bibliográfica (siglo XII) se refiere a tres grandes hospitales que acogían a los peregrinos.
Los hospitales eran hogares, en donde el peregrino podía reposar el cuerpo y el alma, según el adagio clásico de “mens sana in corpore sano”.
El hospital, por tanto, era un espacio de acogida integral, que buscaba la salud plena del caminante. De ahí deriva la palabra hospitalero, hospitalera, que aún hoy es un bello título que hace honor a tantos hombres y mujeres que después de hacer el Camino de Santiago, o sin haberlo hecho, pero habiéndolo sentido, se dedican a procurar el bien de los caminantes.
Seamos hospitaleros, que nuestra vida sea un espacio de acogida en el cual cualquier persona que se acerque a nosotros sienta calor de hogar, paz y amor.
Ultreia e Suseia.
Buen Camino.