El sol es quizá el principal enemigo del peregrino en verano. El calor en el Camino de Santiago, acompañado del ejercicio físico que es en sí la propia ruta jacobea, produce importante deshidratación en el peregrino. Es fundamental prevenir los problemas que produce el sol, especialmente los días de sol intenso y gran sequedad como los que estamos viviendo.
Prevención
Siempre somos partidarios de que el peregrino no madrugue, especialmente por el motivo de conseguir plaza en el albergue siguiente. Pero en estas fechas es necesario madrugar y partir del albergue antes de las 7 de la mañana. Se debe andar por la mañana y evitar al máximo las horas de más insolación y calor. En el Camino, un sombrero o gorra será nuestra compañía junto con la crema solar. Respecto a esto último, no debemos olvidar darnos en la nuca y en las pantorrillas, ya que habitualmente tendremos el sol de espaldas por la mañana. Es importante realizar descansos a la sombra y, fundamental, la hidratación constante, bebiendo agua siempre que podamos. Las bebidas isotónicas también son una buena ayuda, ya que se producen grandes pérdidas de sales minerales. Consulta siempre la predicción de tiempo y temperatura. En este enlace, tienes las predicciones en las principales localidades de las rutas jacobeas.
Ante el problema
Cuatro son los problemas que producirá el sol en el peregrino.
1- La quemadura en el cuerpo será el primero y el más común. Ante ello, se deben utilizar cremas hidratantes y evitar o reducir al máximo su exposición al sol.
2- Los calambres son el segundo problema. Se producen mientras vamos andando (o en bici) y debemos descansar.
3- El tercer problema, y esto se complica, es la insolación. Debido al sol o a la deshidratación, nos produce fiebre, sudor, náuseas, piel caliente, visión borrosa y agotamiento. Ante esto, debemos parar inmediatamente en un lugar fresco y a la sombra . Si hay corriente de aire, mejor. Debemos refrescar nuestro cuerpo con agua, especialmente en el cuello, pecho, axiles o ingles y beber abundantemente. Atención a que el agua este fresca, pero no helada.
4- Llegamos a lo peor: el golpe de calor. Es muy poco habitual pero es una auténtica urgencia que requerirá atención médica. Presenta piel caliente y enrojecida, alteraciones de la conciencia, pulso rápido i débil, respiración rápida y superficial e incluso convulsiones. Todo ello será debido a la suma del sol y el ejercicio. Si lo detectamos en algún peregrino, debemos alertar al 112 y realizar los mismos cuidados que con la insolación.
El Camino de Santiago es importante pero más lo es tu salud. Es mejor que pares y te cuides que seguir caminando bajo el sol y acabes con problemas de salud más graves que no terminar tu etapa o tu Camino de Santiago.