Con 114 camas y situado en pleno centro de la ciudad, se convierte en uno de los mejores refugios para peregrinos de todo el Camino de Santiago. En breve cierra el provisional de los últimos años de Madres Adoratrices y a mediados de agosto abre el nuevo.
El refugio se ha habilitado en la antigua parroquia de Jesús y María, en la calle Compañía, muy cerca de la Catedral. El diseño del proyecto, realizado por las arquitectas y peregrinas Mercedes Sánchez-Marco y Verónica Quintanilla, respeta la estructura del templo y ofrece hasta el último detalle para la acogida al peregrino. Los dormitorios se ubican en las naves laterales mientras que la central se respeta para otros usos o para acoger más peregrinos los días puntuales en los que los dormitorios no puedan absorber el número de peregrinos.
Las dimensiones del refugio, y el hecho de que se haya diseñado para los peregrinos desde el principio, lo convierten en uno de los albergues más cómodos y acogedores, comparable casi exclusivamente con el amplisimo y confortable albergue de Ponferrada.