Las obras para desdoblar el puente de los Santos -que une Asturias y Galicia en la ría de Ribadeo- en autovía han obligado a eliminar las aceras, por donde se desplazará una espectacular plataforma que duplicará el ancho de la calzada. El peregrino que llegue al extremo asturiano del puente, en Castropol, se llevará un buen disgusto al ver el cartel de prohibido el paso. Ahora, cuando las obras están poco avanzadas, quizás pueda recurrir a la picaresca o la benevolencia de los operarios y cruzar. Pero de cara a un futuro más o menos inmediato esta posibilidad se antoja inviable. Y la previsión del Ministerio de Fomento es que la prohibición de cruzar el puente a pie se prolongue al menos quince meses.
La alternativa será recurrir a los lancheros de Figueras, como se hacía antaño, y cruzar la ría hasta Ribadeo. Otra, que implica cargar con un buen puñado más de kilómetros en las piernas, es regresar a Figueras y a Tol, a unos ocho kilómetros del puente de los Santos, y seguir por Vegadeo hasta Abres y Lourenzá (donde hay albergue). Claro que el peregrino siempre tiene otra opción: innovar. Ello supondría llegar a Vegadeo y en lugar de seguir hacia Abres, dirigirse a Ribadeo bordeando la ría, para hacer noche en el albergue.
Más información: La Voz de Galicia
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